Creando una cultura del reconocimiento.

¡Hola! Ya llevamos un mes de #RetoTerapia. Hemos recuperado infinidad de resultados y logrado una muy buena respuesta. Incluso ya hay organizaciones y familias aplicando los retos semana a semana, aprendiendo mucho de sí mismos y contagiando a otros de temas interesantes y preguntas valiosas.

Esta semana es el tema del reconocimiento. Y acá tenemos el vídeo para que lo recuerdes:

¡Lunes de #RetoTerapia! Inicia una cultura del reconocimiento positivo. Mira, Resuena y Comparte.

Publicado por Dr. Phyloel en lunes, 28 de mayo de 2018

¿Qué pasa cuando le reconocemos algo al otro? 

Cuando reconoces algo a otra persona, le estás diciendo «eres valioso por…» y al mismo tiempo, le permites conocerse a sí mismo. En este momento recuerdo la historia de una persona que me contó que tenía la intención de suicidarse porque no se sentía valiosa en este mundo. Iba a estudiar, presentaba sus exámenes, tenía buenas notas, sentía la presión constante de sus padres para que cada vez fuese mejor estudiante y así transitaba, día a día, entre casa y universidad tratando de encontrarle sentido a su vida, pues sus amigos habían elegido dedicarse a la rumba y a conocer gente y lo rechazaban porque le daba más importancia el estudio.

Un lunes, su vida ya estaba al límite, no se sentía reconocido por su padres, no sentía que tuviese un lugar en su familia o sus amigos y había decidido que esa noche se quitaría la vida. Iría a la universidad, cumpliría con un par de deberes y luego se encerraría en su habitación y se envenenaría.

Esa tarde, de regreso a casa, iba caminando y por el camino en el que iba, una mujer, unos pocos años menor que él, llevaba una maleta muy grande y pesada, por lo que se cayó y golpeo en un hombro. El joven fue en su ayuda, casi como un impulso automático y le ayudo a llevar la maleta hasta su casa que quedaba a algunas cuadras.

Al llegar a la casa de la mujer, esta le pidió que entrara y tomara algo, pues quería agradecerle por su ayuda. Mientras compartían la bebida ella le dijo: Sabes, eres un ser muy valioso, no cualquier persona se dispone a ayudar. Si hubiese más gente como tu, habría un mundo mejor. 

El chico automáticamente derramo unas cuantas lágrimas y se sintió, por fin reconocido. Hablaron durante horas y juntos se enlistaron en algunas fundaciones como voluntarios para ayudar a otras personas. El siempre relata que ese reconocimiento que ella le dio esa noche, ese lunes que empezó como el último día de su vida, termino siendo el comienzo de una nueva.

Como esta, he escuchado muchas historias similares. El reconocimiento no es algo que en nuestra cultura hagamos de manera frecuente. O mejor, sí lo hacemos y lo hacemos desde el reconocimiento de lo negativo. ¿Cuántas veces nos quejamos a nuestros profesores, padres o parejas y les dijimos: «lo que pasa es que te enfocas en lo malo»? Es una queja constante que recibo en las consultas. ¡El otro no me ve!

Cuando reconocemos cosas positivas a alguien, ayudamos a construir su identidad y creamos un ambiente más tranquilo, amable y empoderamos a ese otro a través de decirle que hay algo valioso de él o ella que se nota y que genera una diferencia.

En este momento recuerdo una adolescente que estaba conversando con su abuela en la consulta. La adolescente siempre se quejaba de que su abuela se la pasaba peleando con ella. Les invité a que se reconocieran cosas positivas la una a la otra y les costó mucho trabajo al comienzo, pues ya estaban acostumbradas a fijarse en lo malo y construir sus identidades a partir de lo malo. Poco a poco fueron notando y descubriendo cosas que tenían la una para la otra y su relación cambió del cielo a la tierra.

Por último, les quiero contar mi experiencia. En mi adolescencia, aproximadamente a los 15 o 16 años, creía que no era muy valioso para las demás personas, sobre todo para las personas fuera de mi familia, es decir, para las personas de mi edad. Por lo tanto, era excesivamente tímido. Yo creía que ellos no me notaban, que no había nada interesante en mi para ofrecer. En alguna oportunidad, una chica, en una fiesta, me dijo: sabes, eres un caballero y noto que eres muy decente. Ese pequeño comentario, hizo que yo me diese cuenta de que ella me había notado, que valía la pena conversar con otros y mostrarme un poco más. Ese pequeño reconocimiento, me invitó al cambio.

¿Cómo aplico el reconocimiento en mi vida? 

Empieza por pequeñas cosas. Reconócele a los otros rasgos como puntualidad, tranquilidad, como se visten, su risa, sus ojos, lo que sea.

Expresa agradecimiento. Siempre que agradezcas algo a alguien acompáñalo de algún reconocimiento. Por ejemplo cuando le dices a tu pareja: «Gracias por traerme la comida, reconozco que definitivamente eres una persona muy servicial». o cuando agradezcas a alguien que te atendió bien en algún lugar: «Gracias por tu atención, me sentí muy bien de que me atendieras hoy».

Reconócete cosas a ti mismo. Al finalizar el día reconócete algo que hayas logrado en el día, algo que te haya llamado la atención de ti mismo. ¡Notarás la diferencia en cómo empieza la forma en que te tratas a ti mismo.

Si conviertes en un hábito reconocerle cosas a las personas, EMPEZARÁS A CREAR UNA CULTURA DEL RECONOCIMIENTO A TU ALREDEDOR.

¡Gracias por pasar por acá! Lee, Resuena y Comparte.

Nuestros personajes interiores.

Como parte del ejercicio de #RetoTerapia que estamos haciendo en las redes sociales. Más exactamente en Facebook y WhatsApp, el día lunes compartí este video en el que invitamos al reto de preguntarnos: ¿Cómo sería mi existencia si hubiese nacido en el género contrario?. El video a continuación:  

¡Lunes de #RetoTerapia! ¿Cómo serías si fueses una persona del genero opuesto? ¡Míralo, Resuena y Comparte!

Publicado por Dr. Phyloel en lunes, 21 de mayo de 2018

Luego de ello recibí infinidad de retroalimentaciones muy interesantes, lo cual nos permitió navegar a través de las diferentes creencias que tenemos asociadas a los roles de género, a lo que pensamos y cómo nos sentimos frente a la forma en que hombres y mujeres nos relacionamos, seducimos o actuamos en nuestra vida. La riqueza del ejercicio fue increíble y, hoy me permito vivirlo con ustedes y les comparto a mi mujer interior:

Yo soy Sofía. tengo 42 años. Soy diseñadora de interiores y de modas. Tengo el pelo crespo y largo, soy gordita con unas curvas que amo con locura y creo que son atractivas. Me visto con muchos colores vivos. Me encanta bailar, sobre todo ritmos caribeños y pacíficos y tengo ojos seductores, me gusta seducir con la mirada. Me gustan los planes de compras, de lujo y clase; y también me gustan los planes guerreros de aventura, sencillos y de naturaleza. Me encanta de ser mujer que puedo hacer muchas cosas al tiempo, puedo cargar vida en mi vientre, puedo usar maquillaje y experimentar con muchos atuendos, hacerme muchos peinados y jugar con mi apariencia y tener muchos accesorios, puedo vivir mis emociones tranquilamente y puedo ser tierna sin la necesidad de esconderme. Lo que no me gusta de ser mujer es que hay que hacer muchos esfuerzos para sentirme validada en esta cultura tan machista. Me da rabia tener que lidiar con el mandato de adaptarme a los estándares de belleza que impone el mercado… igual, no me importa y uso bikini y lencería sexy, con mis gorditos y mi celulitis. 

Muchos ejercicios como este fueron compartidos por varias personas y encontraron interesantes ideas sobre sus relaciones, sobre las formas en las que se están relacionando y sobre aquellos elementos de la cultura que creen que son exclusivos de un género u otro. En realidad es un ejercicio altamente potente. 

Ahora bien, así como podemos indagar por nuestra mujer u hombre interior, también podemos indagar por infinidad de personajes que habitan en nuestra vida. Por eso hoy compartí en las redes sociales esta afirmación.

¿Qué personajes existen en mi interior? Bien, imagino que estás pensando que te estoy proponiendo un ejercicio algo psicótico o loco. Por eso, si estás pensando eso o crees que vas a fragmentar tu personalidad, te invito a que lo mires de este modo: todos aquellos personajes, no son más que proyecciones de lo que hay en tu interior, todos esos personajes, eres tú. Es por ello que no te estás fragmentando, simplemente te estás viendo a ti mismo desde una perspectiva de tu existencia de las tantas que hay. Y al externalizar el personaje, te ves, te reconoces y probablemente descubras algunas cosas que habitaban en tus puntos ciegos. Por ejemplo, cuando yo visité mi juez interior y conversé con él, me di cuenta de que era más enjuiciador de lo que era consciente y que habían ciertos tipos de personas cerca de las cuales me sentía irritado. Descubrí con mi mujer interiorque soy más creativo y sensible de lo que me permitía (claro, también me di cuenta que no me permitía vivir mis emociones). Incluso, hasta visitando a mi padre interior, no té que tenía un mandato de ser amable y servicial a como diera lugar, en ocasiones olvidándome de mis necesidades y negociando en mi contra.

¿Cómo hablar con mis personajes interiores? 

En la psicoterapia gestáltica que es el enfoque con el que más trabajo en mis intervenciones, hay una técnica muy reconocida que se llama LA SILLA VACÍA. Esta técnica consiste en que tienes a este personaje en frente y a través del acompañamiento de tu terapeuta, puedes tener una conversación con este ser, e incluso actuar cómo este ser y descubrir emociones, preguntas, asuntos pendientes o simplemente encontrar nuevas formas de moverte en tu existir.

Como lo recomendado es que la silla vacía la vivas con el acompañamiento de alguien que tenga entrenamiento en la técnica, propongo una variación sencilla que podría traerte más opciones: la externalización narrativa. Es una técnica de la terapia narrativa, un enfoque socioconstruccionista que sostiene que dependiendo de las particularidades de tu narrativa vital, es decir, de la forma en que cuentas tu historia, entonces se va presentando tu comportamiento y las diferentes formas que eliges para afrontar la existencia. Así que, esta externalización narrativa no es más que construir ese personaje interior y describirlo con el máximo detalle posible. En ese solo ejercicio de construcción y descripción, hay una gran cantidad de información. Luego de ello, lo que puedes hacer es actuar cómo ese personaje, permitirte un pequeño espacio teatral, fijándote muy bien lo que sientes en tu cuerpo y las emociones que experimentas mientras eres ese personaje. Pregúntate qué haría ese personaje en esas situaciones de tu vida que hoy son muy importantes, que puedan estar robándote energía emocional o mental.

¡Anímate, hazlo y comparte lo que vas encontrando!

¿Con qué personajes interiores puedo conversar? 

Bien, hay muchos personajes interiores a tu disposición. Los que yo he trabajado han sido:

  • El padre
  • El niño
  • La madre
  • El juez
  • El héroe
  • El villano
  • Un personaje creado con todo aquello que no te gusta de los demás.
  • Otro creado con mis aspectos rechazados
  • Un personaje construido pensando en alguna enfermedad.

Todos ellos tienen mucha información para ti. Si necesitas asesoría o acompañamiento para hablar con ellos. Contáctame y lo coordinamos.

Gracias por leer todo el artículo, resonar con el ejercicio.

Lee, Resuena y Comparte.

¡Tu actitud es un virus; es contagiosa!

No soy amigo de las generalizaciones. En realidad creo que es un hábito lingüístico que es recomendable evitar. Aún así una de las pocas generalizaciones con la que me siento cómodo es que todo lo que hacemos habla se nosotros y tiene poder en los demás. Así es, nuestros comportamientos; equivocaciones, pasiones, respuestas automáticas son parte de nuestro ser y dan un mensaje de quienes estamos siendo en ese instante (que probablemente sea como somos frecuentemente). De otro lado, frecuentemente olvidamos el poder que tenemos, pues cada cosa que hacemos impacta nuestro sistema circundante. Estamos generando un impacto constante en aquellos que nos rodean. ¿Has probado salir a la calle, sonreírle a todos y contar las personas que sonríen de vuelta? ¡Es fascinante! Ahora, ese poder se traduce en cómo contagias con tu actitud. Siempre invito a mis consultantes a hacerse cargo de su actitud preguntándoles lo siguiente: ¿Si tu acción fuese un virus, cómo sería el mundo? Es una pregunta que me hago constantemente y es un interesante faro para mis acciones. ¡Llévate esta pregunta y obsérvate! Nos vemos la semana entrante.Lee, resuena y comparte.

¡Respuestas automáticas! Una gran fuente de autoconocimiento.

Mi respuesta automática el ver una hoja en blanco ya sea en físico o en un computador, es escribir algo o dibujar algo.

Hace unos días, estaba caminando por la calle, en un día muy soleado y noté que había una persona en una bicicleta muy pintoresca; de muchos colores y con banderas, haciendo mucho ruido porque tenía unos parlantes a todo volumen con música Hard Rock. Una de mis reacciones automáticas cuando eso pasa es observar a las otras personas (eso me dice que siempre me encuentro fascinado por la vida y las personas). En ese sondeo visual que hice, vi toda una galería de reacciones automáticas: unos se reían, otros bailaban con la música, otros miraban feo al sujeto que, por cierto, ni por enterado se daba de las reacciones.

Cada persona reacciona de modos diferentes hacia lo que pasa en la vida. ¿Cuál es tu primer pensamiento en la mañana? ¿Cuál es tu primera reacción cuando te dan una mala noticia? ¿Cuál es tu respuesta automática a un halago? ¿Qué es lo primero que haces, piensas, sientes o dices cuando alguien propone una idea diferente a tu pensamiento en redes sociales? ¿Cómo reaccionas cuando te sorprenden?

Desde hace unos años he dicho que el primero en responder es el cuerpo, es decir, los gestos y la postura que tomo cuando un estímulo se presenta. A veces, el cuerpo está acompañado de alguna frase o algún sentimiento instantáneo.

Observar mis reacciones automáticas es un excelente camino para el autoconocimiento. En ellas encontramos rastros de nuestras creencias, de nuestros valores, de nuestros aprendizajes más antiguos. A veces, hablan de nuestra personalidad o de nuestra forma de organizar la información en nuestro interior.

Al ver que una viejita va caminando y se cae ¿Cuál es tu primera reacción? Unos con una energía más servicial responderán ayudándola a levantarse, otros un poco más temerosos quizá simplemente le preguntan como está y le piden que no se mueva, otros seguirán su camino derecho, algunos gritarán por ayuda; quizá alguien con entrenamiento en primeros auxilios la acompañe y siga el paso a paso recomendado… y la lista puede continuar.

Nuestras reacciones automáticas, constantemente hablan de nosotros. Presta atención a tus reacciones automáticas y pregúntate ¿Qué dice esta reacción de mi? Nota qué reacciones te gustan y qué reacciones no te gustan. Nuestras respuestas espontáneas y automáticas salen sin guión y sin ensayo, por eso son una fuente confiable de información sobre nosotros mismos.

En consulta veo constantemente cómo las reacciones automáticas aparecen primero, antes que una respuesta ensayada. Siempre recuerdo el día que le pregunté a una mujer cómo era su relación con su madre; automáticamente, en cuestión de milésimas de segundo, se aclaró la garganta, levantó los hombros y se rascó el cuello dejándolo un poco rojo, Luego de eso dijo: «Bien, es una relación normal». Le confronté sobre cómo su cuerpo reaccionó con la pregunta y me dice: «Bueno, en realidad es que no me gusta hablar de ella, me cuesta trabajo decir un montón de cosas que no me gustan de ella porque es mi madre y considero que no sería justo quejarme de sus malas actitudes».

Nuestras respuestas automáticas, muchas veces dicen incluso aquello que no nos atrevemos a decir. 

¿Cuál es tu respuesta automática al leer este artículo?

¡Nos vemos la semana entrante!

¡El incalculable valor del tiempo!

¡El tiempo! Es un personaje que nos acompaña todo el tiempo… valga la redundancia. No podemos escapar del tiempo y el siempre está a nuestro lado. Queramos o no, es un tema realmente importante en nuestra cotidianidad.

En mi trabajo, el tiempo es un personaje altamente importante. Los seres humanos usualmente vivimos en el pasado, nos conectamos frecuentemente con él para recordar momentos hermosos y vivir la nostalgia o nos concentramos en aquellos momentos fuertes de nuestra vida para recolectar aprendizajes y, también, en muchas ocasiones, nuestras experiencias pasadas son nuestra excusa para nuestros comportamientos actuales. En otras ocasiones vivimos en el futuro, llenos de expectativas y con muchos planes, lo cual muchas veces nos trae ansiedad gracias a la incertidumbre de si todo va a salir como esperamos o no.

Es por eso que yo siempre hago una invitación a VIVIR EL INSTANTE. Conectarte con el aquí y el ahora. Y es en ese Aquí y Ahora, donde notamos la existencia del tiempo como un regalo. No sólo como el regalo de estar vivos y de tener la dicha de estar experimentando ese instante, sino la oportunidad de recibir el regalo del tiempo de los otros.

¿Te has preguntado cuando recibes un meme de algún amigo sobre un tema en particular porque este amigo sabía que lo disfrutarías, qué tuvo que hacer esta persona para dedicarte esos segundos? Tuvo que hacer un pequeño alto en su cotidianidad y compartirlo. Ese pequeño detalle es un gran regalo.

¿Te has preguntado por todo el tiempo que invierte una persona en tí en esas interminables conversaciones por WhatsApp? ¡Bueno, es tiempo de su vida que está dedicando para compartirlo contigo. ¡Y claro, tu también compartes tiempo de tu vida para esa persona!

Es por eso que hoy traigo esta reflexión. ¿En qué y quienes inviertes tu tiempo? ¿Qué tanto tiempo inviertes en ti mismo?

No dedicar tiempo a sí mismos, es una de las actitudes más frecuentes en la vida de mis consultantes. Noto personas estresadas, ansiosas, molestas y con un ánimo muy bajo precisamente por que están siendo arrastrados por la cotidianidad. Con la sola indicación de retomar sus pasatiempos y dedicarse tiempo a sí mismos, estas personas le devuelven el brillo a su vida.

Por otro lado, el tener consciencia de tu manejo del tiempo, hará que tus interacciones con los demás sean más conscientes y tu presencia en esos instantes sea verdadera. ¡Inevitablemente te harás más atractivo!

Así que hoy te reto a reflexionar sobre el tiempo que te dedicas a ti mismo y en qué estás usando tu tiempo. Pregúntate un par de veces el día ¿Esto que estoy haciendo en este instante, este tiempo que estoy invirtiendo, qué utilidad tiene para mi felicidad? 

¡Gracias por pasar por acá y dedicar el tiempo de leer!

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Iron Man y su Armadura. El síntoma como aliado en nuestra estrategia de adaptación.

Mientas escucho la maravillosa banda sonora de la película Iron Man 2, compuesta por John Debney y luego de haber completado el contemplativo dibujo del señor Stark observando de manera reflexiva su casco, me adentro en una metáfora interesante de uno de los personajes de los cómics más famosos y, al mismo tiempo, enigmático en su propia psicología. Tony Stark, también conocido como Iron Man.

Este súper héroe, creado en marzo de 1963 (hace 54 años), por Stan Lee, Jack Kirby, Don Heck y Larry Lieber, no gozaba de mucha atención por parte de la cultura pop hasta que Marvel Studios hace su lanzamiento en el 2008, con la película Iron Man dirigida por Jon Favreau, dando inicio el Universo Cinematográfico de Marvel. La película pone a Iron Man en los ojos de todo el universo y grandes y chicos empezamos a prestarle más atención a este interesante personaje.

Como seguramente has leído en este blog, las metáforas y los súper héroes roban mi atención constantemente. Siempre he creído que los súper héroes son idealizaciones de lo humano y que lo que pasa en estos universos ficticios son creaciones que hablan de nuestros más profundos miedos, necesidades y anhelos. Creo que a la mayoría de los seres humanos, en nuestros momentos de ansiedad, dolor o estrés, nos gustaría tener un súper poder. Hasta las madres: Mi mamá a veces decía cuando estaba molesta: «me gustaría salir volando de acá o poderme desaparecer».

La metáfora que traigo hoy, tiene el interés de mostrar cómo, en realidad, estos súper héroes y súper poderes, no son más que proyecciones de lo humano y que tienen una intención bien interesante de acompañarnos como un recurso en nuestra vida cotidiana, para soportarla, vivirla y aprender de ella.

Tendré como referencia la representación cinematográfica de Iron Man en este post, pues es la  más cercana que todos tenemos.

Anthony Stark, mejor conocido como Tony, es un magnate que se dedica al negocio de las armas a nivel mundial y al mismo tiempo, una de las mentes más brillantes del universo Marvel. En un viaje de negocios, el señor Stark es secuestrado por un grupo terrorista, con la demanda de que no será liberado hasta que construya una de sus más recientes y letales creaciones. En el proceso del rapto, Tony es herido gravemente cerca al corazón, unas esquirlas quedan peligrosamente cerca al mismo, lo que hace que genere una estrategia, a través de un reactor nuclear para mantener las esquirlas lejos de su corazón y mantenerse con vida.

Al mismo tiempo, Tony se rehusa a crear el arma para los terroristas. En cambio, lo que hace es crear un traje, o mejor dicho, una ARMADURA que le permite escapar del grupo terrorista. Al regresar del cautiverio, Tony decide parar el negocio de las armas y dedicarse a la innovación tecnológica en otros frentes. Y claro, elige crear una armadura más sofisticada, al inicio como una curiosidad científica y luego como una estrategia para hacerle frente a las amenazas que se presentan en su cuidad y en el planeta. A medida que avanzan las películas, tanto las de Iron Man como las de Avengers, vemos como sus armaduras van adquiriendo más y más modificaciones hasta llegar a tener armaduras específicas para las diferentes situaciones.

Ahora, llevando esta metáfora al mundo cotidiano y a la psicología humana, mi opinión, es que todos nosotros tenemos armaduras. Es decir, todos nosotros desarrollamos una estrategia para solucionar algo en el pasado y esta nos funcionó tan bien, que empezamos a usarla para el resto de las cosas y generalizamos la experiencia, de tal forma que empezamos a usar esta armadura para todo. En el caso de Tony es muy explícito: tuvo la necesidad de enfrentarse a una situación de alto estrés que le exigió buscar los recursos (internos y externos) a la mano, dando lugar a la armadura.

Ahora bien, en ese momento surgió lo que llamamos en la psicoterapia gestáltica: un un ajuste creativo. Una estrategia de adaptación a la situación presente que, poco a poco, se convierte en una herramienta para poderla usar en el resto de situaciones de estrés o de exigencia de recursos. A veces estas armaduras pueden acompañarnos por el resto de la vida de manera adaptativa y ser excelentes herramientas de trabajo, como el orden, la rigidez, el perfeccionismo, la sensibilidad y cualquier rasgo de personalidad.

En otras ocasiones, esta armadura, al convertirse en la única forma de responder a las situaciones exigentes del entorno, es ya una respuesta ensayada, no adaptativa. En ocasiones vemos a Tony Stark vistiendo la armadura en otras situaciones: en fiestas, en presentaciones en vivo, incluso en momento de tristeza e ira, la armadura se convierte en el refugio de Tony. El magnate de la tecnología, poco a poco se sobreidentificó con su armadura. A tal punto que esto le reta en su relación de pareja y en otros ámbitos de su vida, como lo vemos en Iron Man 3. En esta última película, su sobre identificación con Iron Man, llega a un punto en donde la línea entre su vida personal y su vida de héroe colapsan y la armadura es tan importante para Tony que empieza a crear miles de versiones de la misma. Y eso es algo que hacemos con frecuencia, cuando tenemos una estrategia útil, la convertimos en una respuesta ensayada y tendemos a generalizarla para la mayoría de situaciones en la vida y la editamos un poco, sin embargo, en esencia sigue siendo la misma «armadura».

Uno de mis consultantes es un hombre que consulta porque tiene un muy mal genio. Es impulsivo, grita, rompe cosas y le cuesta manejar la ira. Consultó porque empezó a reaccionar con ira por pequeñeces, sus relaciones empezaron a convertirse en grandes tormentas llenas de discusiones y agresiones. Su armadura era el Mal Genio era la protagonista. Esta armadura se la puso desde muy pequeño, cuando notó que, a través del mal genio, en la adolescencia, podría frenar el maltrato físico de su padre. A través de esta armadura, puedo andar por la vida defendiéndose de los abusos de parejas, jefes, compañeros de estudio y de trabajo y siempre tuvo una gran habilidad para poder reclamar cuando le pasaban cosas que le parecían injustas. Fue modificando la armadura y en ocasiones eran disertaciones en redes sociales de crítica política, en otras ocasiones eran creaciones intelectuales importantes y en otras la capacidad de que en su casa nadie le dijera nada para evitar su disgusto. Hasta cierto punto, esta armadura le fue muy útil en su camino. ¡Como para Tony!.

A medida que se iba generalizando esta estrategia para las situaciones exigentes, empezó a encontrarse con que no era del todo funcional, que estaba dañando a otros con sus reacciones exageradas, estaba cerrando puertas, perdiendo amigos y, la razón por la que consultó, perdió a su pareja. ¡En ese momento la armadura dejó de ser totalmente útil y también se convirtió en un síntoma!.

En psicología le llamamos síntoma a algo que afecta el funcionamiento cotidiano de una persona y la trae malestar. En el momento en que nuestras armaduras dejan de ser funcionales, las empezamos a ver como síntomas. Lo que en un momento fue una estrategia de adaptación, se convierte más adelante, también en un obstáculo para la solución de los diferentes problemas.

En el caso de este consultante, el camino fue darse cuenta precisamente de esto: que la ira no era la única estrategia con la que contaba. No necesariamente era renunciar a las utilidades de la ira, sino aprender a usarla y sí entender que la armadura no es la única estrategia posible. Aprendió a manejar la ira como una estrategia para poner los límites, sin necesidad de usar la agresión o el maltrato. Y, al mismo tiempo, entendió que existen otras estrategias u otras armaduras diferentes. Así como también otros súper poderes.

En resumen. Algunas experiencias de nuestra vida, nos invitan a crear ciertas armaduras que se convierten en nuestras estrategias preferidas y conocidas. Algo así como pilotos automáticos de respuesta frente a las situaciones exigentes. Con el paso del tiempo, estas respuestas automáticas suelen generalizarse, empezando a crear dificultades en nuestra vida cotidiana pues estas armaduras no pueden ser solución para todo. Así las cosas, nos vemos obligados a reinventarnos, no necesariamente con la necesidad de renunciar a esa armadura si aún nos sirve para algo, y sí con la necesidad de encontrar nuevas formas para responder a las exigencias de nuestra vida.

¿Y tú, sabes cuáles son tus armaduras?

¡Un placer tenerte de vuelta!

Lee, disfruta, resuena y comparte.

¡Hasta la próxima!

 

Sesiones de #Fraseterapia 1. El amor es incondicional. ¡Una relación sana NO!

Como todos los miércoles, hoy compartí una frase en mis redes sociales, bajo el hashtag #FraseTerapia. La frase de hoy fue la que ves en la imagen: El amor es incondicional. ¡Una relación sana NO!

Cuando la compartí en mi lista de difusión de afirmación en WhatsApp, empecé a recibir la siguientes respuestas: «¡No entendí!», «¿si es incondicional el amor o no?», «¿Es el amor de pareja el que no es incondicional?», «¿Creer en el amor sin condiciones es malo?», «¿No existe el amor incondicional?» y muchas más reacciones. 

Debo confesar que mi intención sí era la de confundir a través de un texto que exigiera un poco, que a través de su lectura hubiese confrontación y, sobre todo, que invitara a la reflexión y a la conversación. Pues considero que en la conversación hay mucha transformación y aprendizaje.

Al notar que el tema invitó a la pregunta, la reflexión y hasta conectó con la confusión, elegí profundizar mi idea y explicar por qué comparto esto como una afirmación mía, ya que evidentemente es una creencia que yo sostengo, una opinión que tengo sobre la realidad y el amor.

El amor es un concepto humano que despierta muchas emociones y carga muchas creencias. Y, en nuestra cultura hemos acordado que el amor es incondicional, que sentimos amor por las personas, indiferentemente de muchas cosas. Que es algo que no se puede controlar, que no eliges de quién te enamoras y muchas otras cosas más. Concuerdo en que el amor es una idea muy potente y las emociones que experimentamos también lo son y que muchas veces, independientemente de cómo se comporte el otro, aún así, lo seguimos amando. Amamos a nuestros padres a pesar de las cosas que no nos gustan de ellos, a nuestros amigos, a nuestros hermanos, a nuestras parejas e incluso hasta a nuestros hijos. ¡Aguantamos muchas cosas en nombre del amor! 

En mi consulta particular, he visto mujeres y hombres que aguantan maltratos, humillaciones, robos, displicencias, abusos sexuales y muchas otras cosas más porque simplemente aman a su pareja o a sus familiares. En el caso de las parejas, en algún momento se enamoraron de esa persona y crearon un cúmulo de razones y sensaciones corporales y emocionales para amar a esa persona. Todo un organismo al servicio de amar a esa persona. Cuando les pregunto: «¿Qué te impide dejar esa relación?», suelen contestarme: «¡Es que aún amo a mi pareja!»

Y lo mismo he visto con relaciones laborales, familiares y educativas. Empleados que se aguantan a sus jefes por amor a la empresa y al proyecto. Hijos que se aguantan el maltrato de sus padres porque los aman mucho. Padres que se aguantan dinámicas agresivas de sus hijos porque les aman y tienen la intención total de cuidarlos. Pesamos que el amar al otro es la razón por la cual nos tenemos que aguantar cuando una relación es dañina.

¿Y de dónde proviene esa idea? Bien, creo que hay dos fuentes de esta dinámica. La primera es la creencia cultural de que «al amor aguanta todo». Es cierto que el amor es muy poderoso y que mueve muchos obstáculos y límites (sobre todo, a mi juicio, el amor propio), y también pienso que solo amor no es suficiente. Y la segunda fuente es que he notado que muchas veces creemos que el amor es lo mismo que la relación.

Mi opinión es que es sano separar el concepto de amor del concepto de relación. Por ejemplo: Ramiro es un hombre que lleva 15 años con Cielo. Ella es una mujer altamente celosa y posesiva. Le revisa sus redes sociales, su teléfono celular, a veces le persigue al trabajo, tiene los números telefónicos de todos sus amigos y le llama constantemente para verificar en dónde está. No le permite tener contacto con sus hermanas, primas o amigas de infancia por temor a que «algo pase» con alguna de ellas. Cuando entra en un estado de celos significativo, Cielo agrede físicamente a Ramiro por no contestar el celular o porque fue a visitar a sus hermanas sin avisarle (mintió para evitar el conflicto). Esta dinámica empezó desde que se casaron hace 3 años. Ramiro ama a su esposa con locura, la considera una mujer atractiva, inteligente, sus años de noviazgo fueron maravillosos. Hoy, en cambio, la relación no es más que la constante microadministración por parte de Cielo y las peleas cuando Ramiro exige respeto por su individualidad, su familia y su intimidad.

Ramiro estaba desgastado de la relación, ¡No quería más!. No dejaba a Cielo porque aún la amaba. Una cosa es amar a Cielo, y otra cosa tener una relación con ella, una relación destructiva y tóxica. Ramiro, al no poner condiciones en la relación y no invitar a generar acuerdos, permitió la exigencia de una relación tóxica. Por más amor que le tuviese a Cielo, la dinámica de la relación nunca cambiaría, pues Cielo era quien tenía cosas por trabajar en su interior que no le permitían ofrecer unas condiciones diferentes a la relación.

Cuándo elijo poner condiciones a mi relación, pongo los límites y delimito las fronteras del respeto por parte de quienes me aman. Las relaciones, para ser sanas, necesitan tener condiciones, claridad en los límites del otro. No puedo agredir al otro porque le amo o exigirle que tenga relaciones sexuales conmigo porque nos amamos o exigirle que se haga cargo de mis deudas o cuentas por pagar por que me ama. Si no pongo límites en mis relaciones, rápidamente estas relaciones se pueden volver tormentosas, desgastantes y dolorosas.

Puedo amar a mi pareja, más de ahí no se sigue que tengo que estar con esa persona si me hace daño. Ese mismo amor por mi pareja es el motor para hacer acuerdos y aclarar cuáles son las condiciones de la relación que vamos a construir de ahí en adelante.

Finalmente, cuando me enfrento a un duelo de pareja en el ejercicio de la terapia, he encontrado que es sólo desde el amor que podemos soltar a esa persona. Sólo desde ese amor incondicional que desea lo mejor para esa persona, pues ya no tenemos una relación porque las condiciones no se dieron o no fueron aceptadas.

Es un tema con muchos matices. Mi conclusión es: el amor no es lo mismo que la relación. Puedes amar sin condición, pero no puedes construir una relación sana de pareja (o cualquier otra) sin acuerdos y condiciones pactadas, de lo contrario, el otro no conocerá ni respetará tus límites y fronteras.

¡Gracias por leer! Resuena y comparte.

¡Hasta Pronto!

 

¡Coco! Familia, memorias, secretos y mandatos de amor y miedo.

¡Hola! Es para mi un placer volver, luego de resolver varios problemas técnicos con mi sitio, hoy, después de casi un año, puedo volver a publicar. Tengo muchas reflexiones, pensamientos e ideas represadas en mi mente y mis notas para compartir con todos ustedes. Siempre gracias por mantener ese blog vivo a través de su re-lectura y de compartir los diferentes artículos y comentarlos cuando los encuentran en sus diferentes búsquedas.

Cómo saben, soy un gran admirador del cine y de todo el proceso creativo que hay detrás de una historia. Sobre todo cuando es una película tan completa, a mi juicio como la última entrega de Disney y Pixar: Coco.

Ahora bien, este no es un blog de análisis cinematográfico, así que no me centraré en contarte qué tan buena me pareció la película, su animación, su historia, su música o todo su contenido artístico en general. Mi intención es aprovechar la narrativa de la misma para que volteemos la mirada hacia ciertos aspectos de nuestra propia cotidianidad y vida. Claro está, no es más que mi interpretación de la metáfora y simplemente la pongo aquí a tu disposición con el ánimo de que algo resuene en tu interior y tu cotidianidad se llene de más recursos y reflexiones.

A PARTIR DE ESTE MOMENTO, SI NO HAS VISTO LA PELÍCULA, TE ADVIERTO QUE ESTE ES UN POST LLENO DE DETALLES Y SPOILERS DE LA PELÍCULA, ASÍ QUE CONTINUAR LEYENDO ES TU RESPONSABILIDAD.

Coco es la historia de Miguel… Bueno, en realidad, es la historia de 5 generaciones de la familia Rivera, una familia de varias generaciones de Zapateros. La historia de esta Familia inicia con Imelda, su esposo y si hijita Coco (abreviatura de Socorro en México). Imelda y su esposo se casaron, fueron unidos por el baile y la música, tuvieron a su pequeña hija Coco. A medida que el padre de Coco fue explorando con la música, decidió irse a probar suerte con la música a otros lugares y nunca regresó. El dolor de Imelda por la partida de su esposo era tan grande que sintió que la música era una maldición para ella y su familia. Así que, sin más, decretó desde ese entonces la prohibición de la música en en su vida y en la vida de su hijita Coco.

Sin la cercanía de la música en su vida Imelda decide enfocarse en hacer zapatos, convirtiendo a la familia Rivera en una potencia en Santa Cecilia, con grandes diseños y clientes reconocidos. Los hermanos de Imelda y las generaciones venideras, 5 para ser exactas, se movieron por este MANDATO FAMILIAR: la música está prohibida en esta familia.

En la adaptación literaria de la película, la autora Diana López, nos cuenta cómo Coco, la pequeña niña hija de este músico que abandona a su familia, es la primera generación que recibe este mandato. A pesar de que le encanta bailar e incluso bailaba a escondidas y hasta conoció su esposo Julio por medio de bailes escondidos, tuvo que irse olvidando de la música poco a poco y enfocarse en el negocio familiar y hacerse cargo de sus hijas Elena y Victoria. Imelda y sus hermanos decidieron dejar de hacer zapatos para las compañías de baile de Santa Cecilia.

Además del mandato familiar de la prohibición de la música, Coco recibió otro mandato muy importante: NO OLVIDES LO MUCHO QUE TU FAMILIA TE AMA. Un mandato bastante amoroso que también se hace fuerte a lo largo de las generaciones de la familia Rivera.

Así las cosas, en resumen, tenemos una mujer que es abandonada por su esposo quien decide la música sobre su familia. Esta mujer prohibe la música y realza a la unión familiar al rededor de los zapatos. Coco, la pequeña hija, poco a poco va asumiendo los mandatos y adquiere una lealtad hacia su madre y hacia su familia. ¡Y claro, también hacia sus hijas, nietos y bisnietos!.

¡Y acá entra Miguel! El protagonista de la película. Un niño de 12 años quien, al igual que todos los integrantes de la familia Rivera, tiene una lealtad muy grande hacia su familia y casi que su destino escrito como Zapatero de Santa Cecilia. Sin embargo Miguel en secreto ama la música y, como su bisabuela Coco, en quién confía ciegamente y tiene una conexión muy grande, se esconde para disfrutar de ella.

La vigilante de los mandatos en la actualidad es Mamá Elena, la abuela de Miguel. Una típica abuela matrona latinoamericana que es el sostén emocional y tradicional de la familia. Elena y Miguel chocan constantemente, así como chocaban Coco e Imelda hace muchos años atrás.

Entre estos choques, Miguel se revela y se dispone a seguir los pasos de su ídolo musical, Ernesto de la Cruz, el músico más famoso de Santa Cecilia, quien con el eslogan de “aprovecha tu momento” inspira a Miguel a dejarse llevar por su pasión hacia la música y revelarse en contra del clan. En su búsqueda de entendimiento por la partida de su Tatarabuelo, el músico que abandonó a su familia, una foto escondida le da a entender que, en realidad, ese músico es Ernesto de la Cruz al reconocer su emblemática guitarra en la foto familiar. Siguiendo el mandato de Lealtad a las tradiciones Familiares, Miguel emocionado le cuenta a sus familiares que Ernesto de la Cruz es su antepasado y que en las venas de la familia Rivera corre sangre musical y que está decidido a presentarse al concurso de talentos.

Estas declaraciones para Mamá Elena fueron como una daga que perforaba los mandatos y las tradiciones familiares. Enfáticamente se niega a reconocer la presencia o la llegada de la música a la familia Rivera y le manifiesta a Miguel que si sigue por ese camino sería olvidado. Y aparece un nuevo mandato en la familia: SI SIGUES POR EL CAMINO DE LA MÚSICA SERÁS OLVIDADO. Entre su indignación por la revolución de Miguel, Elena rompe la guitarra clandestina y artesanal de Miguel, lo que causa que Miguel, siguiendo el mandato de Lealtad hacia la familia, va en búsqueda de la guitarra de Ernesto de la Cruz, que se encontraba exhibida en la tumba del reconocido músico.

Apenas Miguel rasga un acorde con la guitarra, se hace transparente y se mueve rápidamente al mundo de los muertos. Aquellos que se mantienen vivos en la memoria de sus familiares y en los altares de sus casas, siendo honrados en el día de los muertos. Y precisamente, ese día es el día de los muertos. Miguel tiene la oportunidad de encontrarse con sus familiares, RECONOCER sus ancestros y dialogar con ellos. Conoce a mamá Imelda y a sus hermanos, también a su abuelo Julio y su tía Victoria. Al llegar al mundo de los muertos, comprende que si quería volver al mundo de los vivos y no quedarse como un fantasma esquelético para siempre, tiene que recibir la bendición de alguno de sus familiares para regresar.

Rápidamente Imelda le da la bendición y le permite volver al mundo de lo vivos, no sin antes generar la condición de que Miguel no se acercara a la música. Miguel acepta a regañadientes y regresa al mundo de los vivos, se revela nuevamente y toma la guitarra de De la Cruz y nuevamente regresa en un segundo al mundo de los muertos. Los familiares de Miguel, vigilados por Imelda, no le quieren dar la bendición de regresar si no se hace cargo del mandato de CERO MÚSICA. Miguel recuerda que está en el mundo de los muertos y que hay un ancestro que puede darle la bendición a él y a su música: ¡Ernesto de la Cruz!

Emprende la aventura, nuevamente revelándose a los mandatos del clan, incluso en el mundo de los muertos, Miguel va en Búsqueda de Ernesto, encontrándose con su vocación de músico, tocando en escenarios y encontrando un nuevo amigo y maestro: Héctor, un esqueleto que estaba a punto de llegar a su MUERTE FINAL, incluso en el mundo de los muertos puedes desaparecer cuando alguien en el mundo de los vivos no honra tu recuerdo.

Héctor se hace amigo de Miguel porque tiene la intención de que una vez el adolescente regrese al mundo de los vivos, el pueda hacerle llegar a su hija una foto suya para no ser olvidado del todo. Así, este par se mueven como compañeros de aventura en este mundo, evadiendo a la familia de Miguel y en la búsqueda de la vida eterna de Héctor.

Una vez Miguel se encuentra con su ídolo, se revela un secreto: Héctor y De La Cruz, eran compañeros de vida musical. Héctor decide regresar con su familia, pero Ernesto no lo podía soportar, así que lo envenenó y lo mató, quedándose con todas las canciones de Héctor ¡Y con su guitarra! Así es, Héctor es el ancestro de Miguel y estaba desapareciendo del mundo de los muertos porque Coco, su hija, la única de los Rivera que lo recordaba está muy anciana y su recuerdo de Héctor se está desvaneciendo.

La canción más famosa de De La Cruz, RECUÉRDAME. Fue una canción que Héctor le compuso a Coco cuando partió y, al mismo tiempo, fue un MANDATO más que recibió Coco, el de recordar a su padre a lo largo de su vida. Miguel tenía que regresar rápidamente a la tierra de los vivos y reactivar el recuerdo de Héctor en la memoria de Coco. Finalmente, entre muchas aventuras, canciones y divertidos momentos, Miguel logra el objetivo y con ello, reacomoda las creencias familiares de los Rivera en torno a la música y salva a Héctor de la muerte final.

HASTA AQUÍ EL RÁPIDO RESUMEN DE LA PELÍCULA.

Ahora bien, esta película para mí trae varios elementos interesante que vienen a mi reflexión y desde mi quehacer como psicoterapeuta y el acompañamiento a familias y personas que cargan con toda una historia transgeneracional. Y claro, deja hermosos mensajes en torno a las tradiciones, las creencias y las relaciones con nuestra familia. Mi intención con este post es hacer énfasis en estos mensajes y reflexiones y, desde ahí resonar o inspirar a la reflexión en tí. ¡Empecemos!

Mandatos y generaciones

Toda familia carga consigo una historia muy antigua. Incluso hay algunas cosas que cargamos de nuestros ancestros de las que ni siquiera somos conscientes o podemos rastrearlas sólo usando nuestra memoria: conductas, tradiciones, creencias sobre algún tema en particular, personalidades, y un montón de cosas más que vamos heredando tanto genética como comportamentalmente. Incluso algunas miradas proponen que estas cargas las tenemos codificadas en nuestro cuerpo de tal modo que hasta nuestra salud y nuestras enfermedades están codificadas por nuestra historia familiar (no sólo desde lo genético si no también desde lo emocional). Aunque ese es un interesante tema para otro post.

En la película de Coco, es muy interesante ver cómo estos MANDATOS, como le llamaremos a estas cargas transgeneracionales, son bastante fuertes y modelan la conducta de todo el clan familiar de los Rivera. Coco, quien recibe los primeros mandatos, los transmite, ya sea por elección o por cumplimiento (muy probablemente por esta última) y se hace LEAL a estos mandatos. Los mandatos que recibe Coco son:

LA MÚSICA ESTÁ PROHIBIDA

NO OLVIDES LO MUCHO QUE TU FAMILIA TE AMA

¡RECUÉRDAME!

A través de la historia notamos como el mandato de la música es el más ruidoso. Y acá viene un elemento importante cuando queremos rastrear nuestra historia generacional y cuando queremos generar consciencia de lo que queremos que nuestra descendencia reciba codificado hacia el futuro. El mandato de la música prohibida no es una prohibición a la música en sí, es en realidad un Duelo no resuelto por Imelda. Quien en su dolor y con los recursos disponibles que tenía para ese instante elige volcar su energía a la zapatería. La prohibición a la música es, a su vez, la prohibición del recuerdo de Héctor. Coco, recibía el mandato de no recordar a su padre y secretamente tenía el mandato de recordarlo a través de la canción que, a escondidas, le cantaba cuando era una niña.

Generación tras generación, los mandatos que prevalecieron fueron el de olvidar la música y con ello a todos los músicos, así como mantener la familia unida al rededor de los Zapatos.

¿Por qué Zapatos?

La verdad, me llama mucho la atención esta simbología. ¿Por qué Imelda escoge fabricar Zapatos? ¿Por qué no Alebrijes, tamales, adornos de papel picado o cualquier otra cosa como sombreros o ropa? Esto no es más que una especulación mía, sin embargo, teniendo en cuenta la simbología que tienen los zapatos en nuestra mente, es que tienen que ver con tener los pies en la tierra, pegados al piso, cerca de tus raíces y, además. ¡Los zapatos no irán a ningún lado como lo hizo Héctor en su momento! Es una simbología muy interesante y que en la vida de Coco tuvo que ser revaluada cuando la familia Rivera decide dejar de fabricar zapatos bailarines que hacían música. Los zapatos, también hablan de tu caminar por la vida, del camino que eliges y hacia dónde te diriges. Pixar como siempre jugando metafóricamente con nuestro inconsciente. ¡Genios!

Miguel y su rebeldía a los mandatos del clan

Como toda tradición y mandato en una familia o un clan, los mandatos de Imelda debían llegar a la reestructuración, es la naturaleza de la evolución de las familias y la cultura. Todo grupo: pareja, amigos, familias e incluso las organizaciones, traen consigo muchas tradiciones, algunas de ellas muy explícitas y muy claras como las de la música y los zapatos, y otras silenciosas e inconscientes, como la demanda del recuerdo (fundamental en la tradición del día de los muertos en México) y toda una familia aceptando sin chistar algo que creen que TOCA o DEBEN hacer. Estos acuerdos silenciosos son muy poderosos porque permiten que, por un tiempo, la familia se sostenga y, de ese modo, pueda sostener el dolor de Imelda que aún no ha sido elaborado y la familia (hermanos e hijos) la acompaña en esa carga (que era responsabilidad única de Imelda).

A la quinta generación, los acuerdos silenciosos siguen moviéndose, sin embargo ya no son tan útiles y un adolescente, que se encuentra en la etapa de LA REVOLUCIÓN y que se opone a los mandatos del clan, como lo hizo Coco en su momento a través del baile, le exige a esta familia reinventar sus formas, recordar de un modo distinto y admitir la presencia de otros patrones familiares vivos que estaban latentes: como la música. Cada familia se encuentra con un integrante que, cada cierto tiempo, se revela fuertemente contra los mandatos del clan, a través de una profesión diferente, de una enfermedad muy fuerte, de una forma de pensar nueva, etc. Miguel es el punto de quiebre en el Clan Rivera (haciendo lo que Coco intentó con el baile y no pudo) y su labor en este paso generacional fue romper los patrones que venían cargando a la familia de prohibición y tensión.

El secreto y su influencia en las generaciones futuras.

Dentro de las cargas generacionales, están los secretos. De todo tipo. Abandonos o canciones clandestinas y prohibiciones de bailar de las que no se hablaron. Así como también asesinatos como el de Héctor (simbólicos, en el de Imelda: “estás muerto para mi” y reales como el envenenamiento). Abusos sexuales, adopciones de hecho no comentadas, quiebras económicas fuertes, enfermedades mentales, suicidios y muchas otras cosas más, influyen en los comportamientos de las generaciones futuras. En el momento en que Imelda elige ocultar y borrar de la presencia de la familia la cara y el recuerdo de Héctor, genera algunas dinámicas familiares que si bien en su momento fueron suficientes, también dejan vacíos emocionales y carencias como figuras paternas, figuras musicales y duelos no resueltos que se convierten en responsabilidades del clan cuando deberían ser de un sólo individuo.

A veces las familias recurren al secreto para cuidar a la familia. Sin embargo, puede ocurrir lo contrario, que el secreto la dañe aún más. Ahora bien, es importante señalar que cada acto de las familias, es un acto de amor.Los secretos, los mandatos y las prohibiciones tienen siempre la intención de proteger el clan.

Reconocer mis Ancestros.

El poder reconocer y hablar con mis ancestros, me da la posibilidad de reescribir mi historia, de editar y cambiar la forma en que la recuerdo y empezar a hacer un filtro de mis mandatos. Claramente no podemos ir a la tierra de los muertos como lo hizo Miguel y poder desvanecer todos esos recuerdos y aclarar los misterios y romper los mandatos transgeneracionales. (¡Aunque debo decir que me encantaría si esa tierra es como en la película!). Aún así, podemos hacer el ejercicio de rastrear lo que más podamos nuestra historia, conocer un poco más sobre las tradiciones, las costumbres, las formas de amar, los conflictos, las demandas que tenían unas generaciones sobre las otras y, así, poco a poco, ir haciendo un ejercicio de reconocimiento de mi historia generacional y hacer un filtro: renunciar a los mandatos y elegir qué tradiciones honrar y qué mandatos ya no seguir. En psicoterapia hay hermosas estrategias para hablar con nuestros ancestros desde nuestra imaginación, nuestra emoción y nuestra intención de reconciliarnos con el pasado. Algo así como pedir la bendición, o crear un nuevo acuerdo con nuestros ancestros para construir un futuro de música (o lo que yo quiera) y no un destino condenado a los zapatos dictado por mis antepasados.

Perdón y Cierre.

¡La música se salva! La canción se hace viva y es fiesta en la familia Rivera luego de que Mamá Imelda, elabora su duelo, manifiesta su ira y su rabia contra Héctor directamente y reescribe su rencor, desde el amor, en un acto de perdón. Es ahí cuando nos damos cuenta de que la prohibición de Imelda no era sobre la música, era una prohibición que se hacía a ella misma de seguir amando a Héctor. No podré seguir amando a Héctor, luego entonces ¡No seguiré amando la música!. Y claro, el mensaje baja como el odio hacia la música o los músicos y no como el odio hacia Héctor. ¿Te suena familiar? Seguramente sí. A veces al rechazar a una persona, lo rechazamos a través de una generalización en nuestra realidad circundante. Solo a través de un ejercicio de consciencia, de la expresión emocional asertiva, podemos liberarnos del rencor, de la generalización que este rencor trae y quitarle la responsabilidad a mi sistema familiar de que me sea leal en ese odio.

Imelda, al hacerse responsable de su rencor hacia Héctor y expresarlo de manera adecuada, libera a la música de las cadenas de la prohibición generalizadora y ahora la música y los zapatos (que fueron una herramienta poderosa y sana en su momento), conviven como dos grandes artes de la Familia Rivera. El verdadero genio detrás del éxito de De La Cruz y los mejores Zapatos de Santa Cecilia ¡Pertenecen a la familia Rivera!

Es un verdadero placer estar de vuelta. Dr. Phyloel, el escritor, continúa vivo. Agradezco a aquellas personas que aparecen en el camino para resonar con estos temas y por la oportunidad de estar acá dialogando contigo sobre estos temas tan apasionantes.

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Valentía. ¡Honrando la energía femenina!

Mujer Feliz

Este es un post rápido. Un post de homenaje, de reconocimiento y de conmemoración. El mundo entero, de manera consciente hoy ha concentrado su mirada sobre la mujer. Todos los días convivimos con mujeres a nuestro alrededor, ellas están ahí otorgando su energía constantemente y nosotros (hombres y mujeres) la hemos dado por sentado, y pocas veces, como hoy, nos detenemos a hacer consciencia de ella.

Hoy hice ese ejercicio de manera consciente: me conecté con mi experiencia con ellas, desde que inicié mis estudios de psicología y conviví en sus conversaciones, en sus elementos poderosos, en sus miedos, en sus iras y en sus tristezas. Me hice partícipe… o mejor, me hicieron participe de su universo, me permitieron una mirada maravillosa a un mundo que desde mi energía masculina, fue curioso pero nunca incómodo.

En todas sus historias, sus preocupaciones, sus quejas, sus aspiraciones y realidades, me fui encontrando siempre con un rasgo principal: ¡Su Valentía! Una determinación incomparable, una capacidad para pasar a la acción y organizar sus ideas en pro de sus objetivos. Con plena claridad (consciente o inconsciente) que nuestra cultura se la ponía difícil. Ser estudiante, ser mamá, ser profesional, ser ama de casa, ser… ser… una incontable lista de «Deber-ser» que un mundo machista les exigía. Moverse entre un rol y otro y, a veces, hasta enfrentarse entre ellas mismas por no encajar en lo que se supone que una mujer debe ser. Una cultura que le decía cuál es la forma de ser bella, cuál es la forma de hablar, cuál es la forma de ser valiosa. Constantemente lidiando con estas creencias y obstáculos, navegando entre lo que guiones que cumplen y lo que eligen. Siempre conectadas con la consciencia y con el deseo de transformación.

Valientes siempre al enfrentarse a este mundo que aún tiene rasgos machistas con tonos bastante sólidos. Valientes siempre al salirse de las expectativas de los otros, valientes al empoderarse en sí mismas, soltando los guiones culturales, defendiendo su ideales de libertad, valor y excepcionalidad más allá de los kilos, los salarios, los ideales mercantiles de la belleza y los estándares de una cultura que les exige pero no las escucha. Valientes al arreglárselas siempre para enamorarnos con su autenticidad.

Este no es sólo un post para honrar la maravillosa energía femenina. Es también un llamado a mis congéneres a renunciar a las narrativas y las prácticas machistas. Dejemos de lado el juicio por su vestir. Acabemos con la discriminación laboral y deportiva. Acojamos su esencia no sólo como mujeres, sino también como seres humanos que nos acompañan en nuestro transcurrir como especie. Deja de sentirte dueño de tu pareja, no te sientas amenazado por estas valientes, ella no compiten contigo, sólo quieren alguien con quien compartir la aventura de la vida. No creas que ella te necesita para ser feliz. No creas que su amor se mide por la cantidad de veces que se acuesta contigo o la forma en que te prioriza. Más allá de asegurar tu virilidad con el dinero, los regalos y los detalles, cambia la forma en que tratas a las mujeres y respeta su campo de acción, no mates esa autenticidad que te enamoró.

Caballeros, rompamos el discurso de nuestros congéneres y apuntemos a la equidad en medio de nuestra maravillosa diferencia.

Y finalmente, hombre… ¡Sí tú, hombre! Acoge tu energía femenina, reconcíliate con tus caderas bailando, con tu capacidad de abrigar y cuidar. También reconcíliate con tu vulnerabilidad y tu capacidad de recibir. RECONCÍLIATE CON TU VALENTÍA. Nada más poderoso que dejar de temer a perder tu virilidad a través de la ternura, la caballerosidad, el respeto, la equidad y la confianza.

Hoy levanto la mano y digo. ¡Me comprometo a seguir honrando TU VALENTÍA mujer!

Patrones de Lenguaje Atractivo.

Lenguaje atractivo

Uno de los grandes y más poderosos presupuestos de la psicología de corte sistémico es el Axioma Nº 1 de Paul Watzlawick en cuando a comunicación se refiere: ES IMPOSIBLE NO COMUNICAR. Más adelante, los creadores de la Programación Neurolingüística (PNL) lo incluyeron como una de sus premisas fundamentales para el desarrollo de las diferentes estrategias y técnicas de dicha disciplina.

Luego de estar súper breve introducción histórica de este poderoso pensamiento, debo confesar que cuando escuché esta frase por primera vez, me pareció algo obvio, algo lógico y extremadamente básico. Mi sensación era algo así como «¡Vamos, es lógico, no tiene nada de interesante o profundo!  Pues bien, en ese instante, mis primeros semestres de estudiante de psicología, no consideraba importante nada de esto. Era de esos sujetos que decía que las apariencia no es importante, que no deberían valorarte por como te ves, por como te mueves, por como eliges los colores de las paredes de tu cuerpo, etc.

Con el paso del tiempo, me encontré con un concepto bastante importante: discurso. Cuando leemos esa palabra en lo primero que pensamos es en alguien parado en un estrado diciendo unas palabras, posiblemente un político o una persona influyente. Bueno, al menos esa era mi imagen para ese entonces. Lo que aprendí es que todas las prácticas tienen discursos insertados, mensajes e intenciones que quieren ser expuestas al mundo exterior, ya sea de manera consciente o inconsciente. Como siempre, los ejemplos son mejores para explicar las cosas.

Un consultante que tuve hace unos años, tenía un patrón bastante particular: quejarse constantemente. Era su modus operandi de casi todas sus actividades. En las redes sociales, al entrar a un lugar nuevo, al hablar de sus reacciones, incluso al hablar de sí mismo, constantemente estaba quejándose, encontrando las cosas malas que habían a su alrededor, en sus familiares, amigos, en los servicios que contrataba. A donde fuese encontraba una falla. (¡Eso sí, era un excelente auditor! profesión que desempeñaba laboralmente). Como discurso, no sólo estaban sus palabras, también estaban sus prácticas como investigar cada situación nueva a la que se iba enfrentar: por ejemplo cuando conocía una nueva chica, de inmediato se iba a sus redes sociales y encontraba cuanta cosa para quejarse encontraba de su ciudad natal, de los post que hacía, etc. ¡Era un detector de fallas infalible!. Sus gestos siempre eran gestos de sospecha: entrecerrar los ojos, hacer un gesto como si algo le oliera mal, y la quijada arriba. Todo su ser enviaba un discurso coherente. Obviamente, su cotidianidad estaba repleta de problemas, dificultades en sus relaciones y siempre se quejaba (¡Claro!) de que no se sentía atractivo hacia las mujeres (¡obvio también se quejaba de las mujeres!).

Con esta historia, lo que quiero decirte es que cada cosa que haces, dices, opinas, resistes. Como usas tu ropa, como usas tus redes sociales, la forma en que eliges qué televisión ver, la música que escuchas, etc. Todo esto envía un mensaje de ti, de tus creencias y de tus actitudes hacia la vida.

Mi intención con este post, además de generar la reflexión y que te observes detenidamente sobre que es lo que estás constantemente proyectando, es compartir una serie de tips que te ayuden a generar patrones de lenguaje atractivo. Algunos gestos, actitudes y hábitos en el lenguaje (verbal y no verbal) que puedan ayudarte en la configuración, no sólo de una personalidad atractiva, sino de un SER atractivo.

  1. Renuncia a la necesidad de quejarte. Aprovechando la historia de nuestro amigo más arriba. Es evidente que si sueles estar quejándote todo el tiempo disminuyes las probabilidades de proyectarte como alguien con quien las personas quieren estar. No he leído estudios al respecto, sin embargo, desde mi experiencia como terapeuta en seducción y pareja, te puedo decir que aquellas personas con quienes he trabajado que tienen este patrón de queja, al eliminarlo de sus vidas, la magia empieza a aparecer y sus relaciones cambian satisfactoriamente y el círculo social se amplía.
  2. Elimina el «no» y el «pero». Este es uno de los retos más grandes del lenguaje. Seguramente si lees más arriba, podrás encontrar uno que otro «no» y uno que otro «pero». Mi recomendación es que trates de eliminar este par de palabras de tu lenguaje hablado y escrito. Puedes poner límites a través de afirmaciones y puedes expresar tu punto de vista prescindiendo de la palabra pero. Una buena forma de empezar a entrenarlo es a través de los medios escritos: el chat, los correos electrónicos, tu diario.
  3. Dile adiós a las generalizaciones. Quizá es algo difícil de notar  en tu propio lenguaje o en el lenguaje de otros, sin embargo es uno de los hábitos más frecuentes. Palabras como «todos», «siempre», «nunca», «nadie», «ninguno», entre otras, son palabras que generan un poco de malestar a nivel inconsciente entre nuestros interlocutores. Imagina esta frase: «SIEMPRE que salgo a conocer gente, TODOS me miran raro y NUNCA logró conocer nuevas personas. NADIE se interesa en mi». Ahora, cámbiala por: «EN OCASIONES, cuando salgo a conocer gente, ALGUNAS PERSONAS, me miran raro, A VECES NO logro conocer nuevas personas, ALGUNAS PERSONAS no se interesan en mí». ¿Cuál se siente mejor o peor? ¡Seguro has notado la diferencia!.
  4. Volumen y velocidad. Presta atención a los tonos de tu voz. Simple y sencillo: que te escuchen bien y que no exista la necesidad de preguntarte «¿Cómo, qué dijiste?». Si te lo están preguntando mucho, no estás vocalizando o no tienes un volumen suficiente (¡o la otra persona está sorda!). En cuanto a la velocidad, trata de no hablar muy rápido, no querrás que la persona se canse al tratar de seguirte el paso; claro, el opuesto: hablar lento puede resultar aburrido también. La formula que considero es el antídoto para esto es que tu tono y ritmo, esté siempre acompañado de significado, es decir, que las palabras que estás usando, sean coherentes y congruentes con los tonos. En otras palabras, que la emoción se alcance a notar en lo que dice.
  5. Concéntrate en el instante. Estar presente para tu interlocutor es quizá el patrón de lenguaje más poderoso. Estar escuchando, realmente lo que te están diciendo. Muchas veces cuando salimos con alguien nuevo, estamos aplicándole nuestros juicios, imaginando como serán las siguientes horas de la cita (o como queremos que sean). Desconéctate de la expectativa, desconéctate de tus diálogos internos y presta total atención a la persona que tienes al frente y lo que está pasando con tus sentidos. Piensa en esas personas con quienes te gusta estar… notarás que siempre están ahí, presentes, con su propio estilo sí, y presentes.
  6. Sé natural, evita fingir. Actualmente parte de mi labor es comercial, tengo que visitar clientes y ofrecer mis servicios a las organizaciones. En este camino, me encuentro con todo un abanico de personalidades y formas de ser. Hay un tipo de personas que he notado con cierta frecuencia, me gusta llamarles: «los postizos». En sus lenguaje no verbal, se notan incómodos al fingir sus gestos, los tonos de la voz se ven poco naturales y sus palabras suenan a guión. No hay congruencia entre los tonos y las palabras y sus ojos delatan que están tratando de elegir demasiado bien las palabras. Mi recomendación al respecto es: encuentra comodidad contigo misma/0. No trates de parecer algo que no eres. La naturalidad es uno de los rasgos más valorados en el mundo de la seducción.
  7. Renuncia a los resultados. El mundo de la seducción está muy permeado por la expectativa, cuando salimos a conocer nuevas personas, queremos volver con un resultado: un nuevo número telefónico, una nueva amiga, una nueva cita. En el tiempo que llevo asesorando los procesos de búsqueda de pareja o ampliación del círculo social, he notado que a más expectativas, menos resultados. Disfruta el encuentro, el camino y recibe lo que llega. Poco a poco empezarán a verse resultados, sin forzarlos.

Me gustaría saber cómo se mueve tu vida si elige aplicar al menos uno de estos patrones. Coméntalo en el blog o en nuestras redes sociales.

¡Un abrazo!